Botulismo y toxina botulínica

El 26/8/21 hablamos con Marta Garau  de BOTULISMO en el Cinc dies IB3 

Es una enfermedad causada por la acción de la toxina botulínica, sintetizada por una bacteria, el Clostridium botulinum, la cual forma esporas que resisten el calor, incluso la ebullición y se desarrolla en lugares sin oxígeno, sin aire, pues es anaerobia. Su nombre viene de “botulus”, salchicha, antiguamente causa de botulismo importante. Es una bacteria ampliamente distribuida en el suelo, el polvo y las heces de multitud de animales.

La forma más frecuente es el botulismo de transmisión alimentaria, asociado a conservas mal procesadas, normalmente caseras, y alimentos envasados al vacío mal conservados.

Las conservas caseras poco ácidas y no azucaradas (patatas, judías, remolacha, carnes, pescados…) normalmente se esterilizan por ebullición, la cual es insuficiente para eliminar las esporas de C. botulinum, que luego proliferan en el bote cerrado, formando la toxina. Al ingerir las toxinas, que interfieren el impulso nervioso, se desencadena la enfermedad (fatiga, debilidad, visión borrosa, boca seca, dificultad en el habla, parálisis, 5-10% de muertes por parálisis respiratoria). Es conveniente limpiar muy bien los vegetales e incorporar algún ácido. Lo mejor es esterilizar los botes cerrados en olla exprés, cuyos 121 ºC son suficientes para destruir las esporas Las industriales son seguras, pues se esterilizan en autoclaves.

Otra posibilidad de contraer la enfermedad son las patatas asadas en papel de aluminio (al papillote). El horneado eliminará otras bacterias competidoras, pero no las esporas de C. botulinum. Si se dejan enfriar envueltas, el aluminio impide la entrada de oxígeno, creando el ambiente anaeróbico y tibio ideal para la activación (paso de la espora a forma vegetativa) y proliferación de las bacterias y formación de la toxina. Un peligro similar se produce en carnes que se dejan enfriar dentro del horno.

También se dan casos por ajo o hierbas infusionadas en aceite.  

En el adulto normalmente la enfermedad no la provoca la bacteria directamente, sino la acción de la toxina formada en el alimento, tan potente que una cucharada de ésta podría provocar la muerte de toda la población española.

Sin embargo en bebés menores de un año la bacteria puede reproducirse en el intestino y formar allí la toxina. En tal caso la ingestión de pocas esporas representan un peligro grave. Por tal motivo se desaconseja el consumo de miel, jarabe de maíz o infusiones en bebés.

Como anécdota el conocido Botox de los tratamientos de estética para eliminar arrugas usa como principio activo la toxina botulínica. Debido a su peligrosidad sólo debe ser aplicado por personal médico bien adiestrado en su uso.



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