Sensación térmica
En el programa 5 dies de 28/7//23 hablamos con Jaume Noguera sobre sensación térmica.
Nuestro organismo no capta la temperatura como un termómetro, pues tenemos los receptores dispuestos en la piel, los cuales se ven influidos por la circulación de nuestra sangre caliente, que a veces se desvía bastante hacia la piel (por ejemplo al beber alcohol o comer picante), por el sudor que humedeciendo la piel se evapora en ella y la enfría, o por viento o corriente de aire, que puede aportar más calor o bien retirarlo, favoreciendo además la evaporación del sudor. Por ello, las condiciones que determinan el ambiente térmico son la temperatura seca del aire (la medida en el aire con un termómetro), temperatura radiante (la emitida por la radiación calorífica del suelo, techo y paramentos), humedad relativa (relación entre la humedad absoluta del aire y la máxima que puede albergar) y velocidad del aire (corrientes de aire).
Todas estas variables externas actuando sobre nuestro cuerpo producen la denominada sensación térmica, que adicionalmente se ve afectada por variables dependientes de la persona, como son actividad física y vestimenta.
Aunque todos relacionamos el calor con la temperatura, podemos ver que uno de los factores más determinantes en el calor que percibimos es el binomio temperatura-humedad del aire. La siguiente tabla del Instituto Nacional de Meteorología traduce la sensación térmica a una temperatura equivalente para diferentes temperaturas y humedades relativas sin viento:
Podemos ver que en Baleares, donde en verano superamos frecuentemente los 35ºC con humedades del 85% y superiores alcanzamos y superamos sensaciones térmicas de 60 y 65ºC. Aunque frecuentemente oímos hablar de temperaturas máximas superiores en la península, muy habitualmente la sensación térmica es mayor en Baleares.
Por otra parte, la piel se halla a unos 33ºC, por lo que una corriente de aire a una temperatura inferior contribuirá a bajar su temperatura y, por tanto, la sensación térmica. La corriente a una temperatura superior, en cambio, será contraproducente. Por ejemplo, a 28ºC con la piel seca frente a un ventilador que impulsa el aire a 6 m/s la sensación térmica será de 2ºC menos.
En ocasiones olvidamos la importancia que tiene la temperatura radiante. Su efecto lo podemos observar perfectamente al andar sobre el asfalto caliente o estar cerca de una pared que ha estado al sol durante todo el día. Muchas veces estamos acalorados en casa sin darnos cuenta que nuestras paredes y techo irradian grandes cantidades de calor debido a sistemas de aislamiento defectuosos.
De todo ello se deduce que para notar mayor frescor es conveniente bajar la temperatura del aire, en lugares como Baleares, rodeadas de agua, también la humedad relativa, evitar materiales radiantes a nuestro alrededor, como paredes o suelos calientes y, obviamente, la radiación del Sol directa y ubicarnos en algún lugar donde nos hallemos sometidos a la brisa, bien natural o artificial de un ventilador. También es importante vestir ropas ligeras, no efectuar actividades físicas, especialmente en las horas más calurosas, y evitar el alcohol, los alimentos picantes u otros alimentos que favorezcan la circulación de la sangre por la piel, que siempre nos darán sensación de calor.
Comentarios
Publicar un comentario